El caminante de la vida sabe que es un caminante y que su vida es el camino
Transitamos por
la vida a través de automatismos y actos inconscientes. En muchos de nosotros
se ha producido una caída hacia la oscuridad y la sombra, dando la espalda a la
luz que habita en nuestro interior, y en último término, de ello deviene el
dolor y el sufrimiento. Sin embargo, esta luz, llegado el momento, empieza a
pulsar allá dentro y genera un deseo profundo de reconectar con la esencia
luminosa. El deseo de reconexión debe ser atendido pues es condición necesaria
para el avance, para tener la posibilidad de ser creadores de nuestra vida,
dejando de lado esa opción tan común del viaje inconsciente en nuestro caminar.
El caminante de la vida sabe que es un caminante y que su vida es el camino.
Para ello es preciso despertar y atender el deseo de tomar consciencia del
caminar y del camino.
Estamos
constituidos por un enlazamiento de energías que nos influyen y condicionan:
·
Lo
que hemos vivido y ha quedado registrado en nosotros de forma consciente o
inconsciente. Cuando no hay consciencia de ello, lo vivido se convierte en un
mecanismo de repetición y se repetirá hasta que nos demos cuenta de su
existencia. Cuando lo vemos lo podemos cambiar.
·
Nuestros
propósitos de vida, proyectos de futuro, quizás aún por descubrir y que
marcarán la dirección del camino por recorrer. Todas las posibilidades están
ante ti. El futuro no ha sido escrito, no ha dejado huellas pues aún no existe.
Existen tendencias que de no cambiarse nos abocan a una dirección y a un
alcance vital que no prometen nada bueno. Retoma tu poder de decisión, el poder
de poder poder, y cambia el guión.
·
El
mundo de las ideas y conceptos que habitan y conforman nuestra mente y nuestra
visión del mundo. ¿Cuánto de la culpa y el miedo inoculados por la cultura
dominante persisten en ti? ¿Puedes llegar a considerar que otra ideación,
basada en el amor y la confianza, es posible?
·
Nuestra
realidad concreta, el mundo de formas en el que nos sostenemos y nutrimos. El
trabajo, nuestras posesiones, el dinero, la familia y amigos.
·
La de
la Tierra, de la Madre Naturaleza, que nos abre al disfrute de sus creaciones.
La ansiedad, la voracidad, son un peligro en nuestra relación con lo nutricio
de la naturaleza. Esta cuestión ha de ser necesariamente considerada. Cuántos
avisos más necesitamos para frenar el expolio y la sobreexplotación de los
recursos naturales. Globalmente parece insostenible y sin embargo es fácil
renunciar a la responsabilidad individual, en base a que poco puedo hacer o
cambiar individualmente. Falso, la voracidad es una emoción, una forma de
responder, que puede ser cambiada. ¿Será quizás que estamos tratando de llenar
un vacío interior con la sustancia inadecuada?
·
Y
finalmente, la energía que procede del Cielo. Que nos invita a trascender lo
terrenal para iniciar un viaje de descubrimiento de nuestra verdadera
naturaleza interior. La materialización del espíritu y la espiritualización de
la materia, adoptan una forma concreta en cada uno de nosotros, nuestra labor
es descubrir cuál. ¿Y si fuera esta energía la que puede llenar nuestro
vacío interior?
Una parada es
esencial para poder tomar conciencia de dónde estamos en el camino de nuestra
vida, reconociendo lo enfermizo, lo artificial o lo superfluo de nuestro estado.
Asimismo, la parada nos permite iniciar la gestación de lo que vendrá luego,
una vez que hayamos identificado los automatismos del ego que nos han marcado
en el pasado.
Es conveniente
reconocer en qué punto estamos. Qué es deficitario y debemos alimentar, cuáles
son nuestros talentos a potenciar.
¿Y todo esto
para qué? Para iniciar un nuevo ciclo, retomar el camino y la actitud adecuada
del caminante, sin saber a dónde nos lleva este camino (recuerda el futuro está
por escribirse). Y para ello es fundamental posicionarnos en el equilibrio.
Equilibrio físico, financiero, emocional, mental…
Las técnicas del
yoga y la meditación, el estudio, el darse cuenta, la relajación, la
visualización y una correcta nutrición son herramientas esenciales que podemos
utilizar para recuperar el equilibrio y obtener lucidez y discernimiento para
hacer un diagnóstico, cambiar patrones antiguos que ya no sirven y evolucionar
para seguir un camino de vida genuino.
Puede parecer
una tarea difícil, sin embargo, es accesible. No hay peor limitación que la
autoimpuesta, a veces el primer paso es el más difícil de dar, pero considera
que sin ese primer paso no hay travesía que pueda ser culminada.
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