Hay muchas formas de enfocar la acción. Una de ellas es la
que propone el Karma Yoga, realizar la acción correcta de forma desinteresada.
Cuando una acción no es correcta, no sigue el flujo de la
vida, de la verdad, es porque está motivada por la ignorancia. No se hace mejor
porque no se sabe cómo.
Paseando la tarde del domingo por las afueras de Cáceres nos
encontramos mi hijo y yo con una zona llena de cartuchos por el suelo. No se
nos ocurrió nada mejor que ir recogiendo cartuchos, para restablecer el
equilibrio en el lugar.
Y aquí está una de las paradojas de la ley del karma según
la filosofía budista, una acción errónea de un tercero, nos sirve para mejorar
el karma personal, ya que el mitigar las consecuencias negativas de la acción
inicial se convierte en karma positivo.
Así que las acciones negativas de otros nos sirven de base
para generar acciones compensatorias o reparadoras, en la medida de lo posible,
que elevan nuestro karma personal. Otra paradoja, siendo desinteresado en el
presente mejoras tus consecuencias futuras (una forma inteligente de egoísmo).
Om Shanti.
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