Durante siglos, la filosofía occidental ha perpetuado
una división artificial entre mente y cuerpo, como si fueran entidades
separadas que apenas se comunican. Esta perspectiva dualista ha tenido
consecuencias profundas en cómo entendemos el sufrimiento humano y,
especialmente, el trauma.
La neurociencia contemporánea y las tradiciones
somáticas antiguas convergen en una verdad fundamental: no existe separación
entre cuerpo y mente. Cada pensamiento genera una respuesta corporal, cada
sensación corporal influye en nuestros estados mentales. Somos una unidad
psicosomática indivisible.
Cuando vivimos experiencias traumáticas —ya sean
eventos únicos abrumadores o patrones crónicos de amenaza, abandono o
invalidación— nuestro sistema nervioso responde de una forma específica y
automática. Esta respuesta no es solo psicológica; es profundamente somática.
El Proceso de Cristalización del
Trauma:
1. El Evento
Traumático
Puede ser un evento único y devastador o múltiples microtraumas acumulados
durante la infancia. El denominador común es que el sistema nervioso percibe
una amenaza a su integridad física o emocional.
2. La
Neurocepción de Peligro
Nuestro sistema nervioso realiza constantemente una evaluación inconsciente de
seguridad/peligro llamada neurocepción (concepto de Stephen Porges).
Cuando detecta amenaza, activa automáticamente respuestas de supervivencia:
lucha, huida o colapso.
3. La
Respuesta Corporal Defensiva
Si estas respuestas no pueden completarse (no podemos huir, no podemos
defendernos, no encontramos apoyo), la energía defensiva queda atrapada en
el cuerpo. Los músculos se contraen de forma crónica, la respiración se
restringe, la postura se deforma.
4. La
Formación de Patrones Crónicos
Con el tiempo, estas contracciones defensivas se vuelven permanentes, formando
patrones de tensión crónica que estructuran nuestro cuerpo. Ya no son
respuestas temporales: son hábitos somáticos profundamente arraigados.
5. La
Fijación Neuroceptiva
El trauma "fija" la neurocepción en un estado de alerta crónica. El
sistema nervioso queda recalibrado para detectar amenazas constantemente,
incluso cuando la amenaza real ya no existe. Esta hipervigilancia se vuelve la
forma "normal" de estar en el mundo.
6. La Cristalización
como Identidad
Los patrones de tensión muscular y la neurocepción fijada se convierten en identidad:
"Así soy yo". Lo que comenzó como una estrategia de supervivencia
temporal se transforma en una estructura rígida que determina cómo percibimos,
sentimos y nos relacionamos con la vida.
Por Qué es Tan Difícil Cambiar
Esta es la parte más importante para comprender:
Los patrones somáticos cristalizados son más fuertes
que la voluntad consciente.
No podemos simplemente "decidir" cambiar
porque:
- Los
patrones están grabados en la memoria muscular después de décadas
de repetición
- El sistema
nervioso los defiende como supervivencia
- La química
neurológica los mantiene automáticamente
- Operan por
debajo del umbral de consciencia
- Por economía
energética, el cerebro prefiere lo conocido, aunque sea doloroso
Además, cuando nuestros patrones son relativamente
adaptativos —cuando "funcionan" socialmente— hay pocos incentivos
para modificarlos. Podemos estar sufriendo internamente, pero cumpliendo
externamente, lo que desincentiva el proceso de transformación.
La buena noticia es que lo que se creó
somáticamente puede transformarse somáticamente. Pero no a través de pensamiento
positivo, voluntad o determinación, comprensión intelectual aislada o represión
de síntomas
La transformación real requiere:
1. Reconocimiento Corporal
Hacer conscientes los patrones de tensión crónica.
Sentir las contracciones habituales, observar los automatismos en la postura y
respiración, reconocer sin juicio que están ahí.
2. Establecer el Punto Cero Corporal
Desarrollar un Estado de Orientación Básica: un
primer espacio de no-automatismo donde los patrones defensivos se hacen
observables antes de que emerja cualquier posibilidad de elección consciente.
No es eliminación de la tensión, sino consciencia de ella.
3. Liberación Gradual
Permitir que la tensión crónica se libere
gradualmente, en un contexto de seguridad regulada, dejando que emerjan
las emociones y sensaciones contenidas.
4. Re-regulación del Sistema
Nervioso
Entrenar al sistema nervioso para que pueda tolerar
estados de mayor apertura y conexión sin activarse defensivamente. Esto
implica desarrollar la capacidad de transitar entre activación y calma de forma
flexible.
5. Integración Contemplativa
Observar los patrones automáticos sin identificarse
totalmente con ellos, reconociendo la polaridad fundamental miedo/amor
que subyace a toda cristalización defensiva.
La Polaridad Fundamental: Del Miedo
Cristalizado al Amor Natural
En el fondo de toda tensión crónica está el miedo:
miedo a ser herido, abandonado, humillado, rechazado, traicionado. Este miedo
se cristalizó en patrones corporales defensivos que alguna vez fueron
necesarios para sobrevivir.
El amor —entendido no como sentimentalismo sino
como capacidad natural de presencia abierta, conexión y vitalidad libre—
es lo que emerge cuando la contracción defensiva crónica comienza a disolverse.
El trabajo no consiste en "eliminar el
miedo" o "generar amor". Consiste en:
- Reconocer los patrones defensivos
cristalizados (miedo somático)
- Crear
condiciones para
que el sistema nervioso encuentre seguridad
- Permitir que la capacidad natural de
apertura (amor) emerja orgánicamente
El Taller: Una Invitación a la
Exploración
En nuestro taller del viernes exploraremos
experiencialmente este proceso:
- Identificaremos
dónde vive la contracción defensiva en nuestro cuerpo
- Experimentaremos
el punto cero corporal: ese lugar de neutralidad activa desde donde
podemos observar nuestros automatismos
- Trabajaremos
con movilización bioenergética para despertar y liberar energía
atrapada
- Exploraremos
asanas específicas que abren áreas de tensión crónica
- Cultivaremos
presencia meditativa que permite sostener lo que emerge sin
colapsar ni escapar
No es un taller para "arreglar" o
"curar" nada en 2 horas. Es una ventana de reconocimiento: ver
con claridad cómo operamos automáticamente desde patrones defensivos
cristalizados, y experimentar, aunque sea por momentos la posibilidad de
otra forma de estar.
Porque la liberación no viene de cambiar quiénes
somos. Viene de reconocer con precisión qué nos mantiene atrapados, y en
ese reconocimiento mismo, comienza a abrirse el espacio para algo nuevo.
La unidad cuerpo-mente no es una teoría. Es la
realidad vivida en cada célula, cada músculo, cada respiración. El trauma se
almacena somáticamente. Y somáticamente puede comenzar a liberarse.
Viernes 7 de
Noviembre | 19:00-21:00h
Centro de Yoga Solar ANANDA
Avda de la Constitución, 37 - Aldea Moret
15€ | 12€ alumnos
Reservas: 607 468 283 💬📞
